Algunos de los beneficios esenciales del aceite es aliviar trastornos de la piel, contusiones, golpes y torceduras.
La árnica es una planta medicinal conocida científicamente con el nombre de Arnica montana, aunque también es conocida con el curiosísimo nombre de tabaco de montaña y la recolección de sus flores se lleva a cabo sobretodo entre principios y finales de verano.
El aceite esencial de árnica se obtiene por la destilación al vapor de sus flores, aunque también se suele utilizar su raíz, obteniéndose asimismo un aceite esencial con un aroma bastante diferente.
Suele presentar un color anaranjado que tiende a parecerse más bien a un tono amarillo claro. Mientras que su aroma es algo amargo, aunque bastante refrescante.
El árnica es conocida por sus propiedades analgésicas y antinflamatorias por lo que su uso está recomendado antes del ejercicio, para activar la musculatura y después para relajar las articulaciones y los músculos tras el esfuerzo físico.
También resulta útil su uso en el tratamiento de los dolores reumáticos, así como para determinados problemas y enfermedades de la piel, cuando éstas sean inflamatorias y dolorosas.
Principales beneficios
- Al masajearla sobre la piel produce calor y, por tanto, propicia que la sangre de esa zona fluya con más rapidez. Por eso es eficaz para tratar golpes y contusiones, ya que previene la aparición de hematomas.
- En procesos de congelación, evita que salgan ampollas y dolor.
- Es antibacteriana y antivírica. Por eso, también funciona bien en el tratamiento del acné e infecciones cutáneas siempre y cuando no existan heridas abiertas o sangrantes.
- Es perfecta para el dolor producido por el ejercicio intenso y las agujetas. El aceite de árnica es el preferido por los deportistas.
- De igual modo sirve para tratar las molestias de la artritis, luxaciones, esguinces, golpes, moratones, inflamaciones cutáneas e, incluso, flebitis.
